EN VEZ DE PLAZA PÚBLICA, UN AGUANTADERO…

Finalmente los vecinos consiguieron que la Justicia obligase al Gobierno de la Ciudad a demoler el gigantesco predio abandonado. Se acabaron la usurpación, la desidia y los riesgos; la Plaza El Salvador volvió a ocupar plenamente todo su espacio.

Restaría establecer responsabilidades por los casos de violación que ocurrieron en un predio que debería haber sido demolido hace muchos años y que negligentemente fue mantenido en estado de abandono, abierto hacia la vía pública y accesible para cualquiera que quisiese entrar y/o esconderse.

El Gobierno de la Ciudad no demolía este edificio abandonado, que fue construído ilegalmente en una plaza pública. A pesar de que existía un Decreto de Demolición y a pesar del insistente reclamo de los vecinos, las autoridades del Gobierno de la Ciudad se negaban a demolerlo, poniendo en riesgo a toda la población vecina. Fue necesario recurrir a la Justicia.

Así era el edificio abandonado. Estaba ubicado en Avenida Figueroa Alcorta al 7200, esquina con Basavilbaso. Tenía los vidrios rotos y ofrecía libre entrada y salida por todos lados, a través de las ventanas y de los vanos de puertas inexistentes. Durante años el lugar funcionó como un peligroso "aguantadero", un lugar de tráfico y escondite de marginales, en el que se denunciaron varias violaciones. Era frecuente ver personas circulando por los techos y por el interior del predio, donde permanecían lejos de la mirada de los curiosos o de las fuerzas de seguridad, tal como puede observarse en las siguientes fotografías:




La demolición del boliche Junior y la recuperación de la Plaza El Salvador fueron impulsados por las Asociaciones Vecinales del Bajo Belgrano. Para leer la excelente nota que la periodista Alicia Barrios publicó en el diario CRÓNICA, HAGA CLICK AQUÍ